Las civilizaciones antiguas ya utilizaban fuentes orgánicas y naturales para cuidarse la piel. Se sabe que los egipcios se bañaban con ungüentos a base de aceite animal, polvo de alabastro y sal marina, que a los aztecas les gustaba darse baños de hierbas con sal y que los gitanos de Hungría introdujeron la exfoliación mediante fórmulas que contenían materiales granulosos.
Hoy, estos componentes se siguen utilizando, porque tienen la capacidad de eliminar células muertas, puntos negros, impurezas y grasa; elementos que tienden a obstruir los poros e impedir que la piel se regenere. Descubrimos todos los secretos de la exfoliación con Oksana Shadrina, asesora técnica internacional de mesoestetic Pharma Group y con Nuria Soteras , directora de Backstage BCN.
¿Por qué hay que exfoliarse el cuerpo y la cara?
La piel se renueva de forma natural cada 28 días. El cuerpo tiene la capacidad de restaurar las células muertas por nuevas células. Sin embargo, conforme pasa el tiempo o debido a un periodo de tensión o fatiga, esta renovación se hace lenta. Si no se eliminan del todo las células muertas, la piel no puede oxigenarse adecuadamente ni absorber humedad y nutrientes y el resultado es una piel apagada.
¿Qué beneficios tiene la exfoliación en la piel?
El proceso de exfoliación asegura la regeneración epidérmica, ya que elimina por completo las células muertas que quedan adheridas en la capa superficial de la piel, dejándola tersa y más permeable. Con la exfoliación, la piel respira mejor, se estimula la oxigenación celular y absorbe los nutrientes y principios activos de los productos y cremas hidratantes y de rejuvenecimiento que apliquemos después, como parte de nuestra rutina de belleza.
¿Cada cuánto tiempo debemos exfoliar la cara?
Es vital complementar la limpieza, hidratación y protección con una exfoliación semanal, para dar paso a una renovación celular de la dermis. Es muy importante que las células muertas caigan completamente de la piel, para mantenerla sana, visiblemente fresca, fina y unificada en un color suave y luminoso. Por eso, la piel seca debe exfoliarse una vez a la semana. Las pieles sensibles, cada diez días y probando antes en una pequeña zona del rostro poco visible (por ejemplo, tras las orejas). Las pieles grasas sin acné se pueden exfoliar una o dos veces por semana. Y, si la piel es muy fina, la haríamos cada quince días.
¿Con qué frecuencia hay que exfoliar el cuerpo?
La frecuencia con la que realizaremos la exfoliación corporal dependerá de lo sensible que sea nuestra piel, pudiéndola realizar una o dos veces por semana.
¿Qué productos conviene usar para cada una de estas dos zonas?
La diferencia con los exfoliantes scrubs para el rostro reside en el grosor del grano. Aquellos que son para la cara tienen un grano mucho más fino debido a lo delicado de la piel, mientras que los corporales son de grano más grueso. Se recomienda evitar exfoliar las zonas más delicadas de nuestro cuerpo, como el escote o los senos. Dependiendo del tipo de piel, en la cara, podemos utilizar un peeling enzimático, ya que disuelve las células muertas y llega a niveles más profundos de la piel y acelera su proceso de reparación, o un exfoliante con micro partículas. En cuanto al cuerpo, el exfoliante cítrico con micropartículas de naranja de textura geloide, a parte de un antioxidante.
¿Qué errores solemos cometer cuando nos exfoliamos?
Exfoliar más de una vez a la semana, si se tiene la piel seca, o más de dos veces si es grasa, con la piel demasiado sensible, o cuando ya presente enrojecimiento con algún síntoma de ardor o quemadura; aplicar un producto inadecuado o intenso, en áreas corporales delicadas como el escote, los senos y el contorno de ojos, donde debemos usar un exfoliante facial; no lavar bien la parte que vamos a exfoliar; no aplicar el producto con suavidad; si es un peeling enzimático; no dejarlo actuar los minutos recomendados; no retirarlo con abundante agua y, al terminar, no hidratar la zona tratada.
¿Qué se entiende por scrub?
La exfoliación mecánica o scrub se recomienda hacerla en la ducha con la piel levemente humedecida, para aprovechar el vapor del agua, pues ésta prepara los poros y favorece el proceso de exfoliación. Se aplica haciendo masajes circulares ascendentes con guantes de crin, cepillos, esponjas u otros utensilios que presenten rozamiento con la piel y con productos que contienen partículas de polietileno, de piedra pómez o procedentes de huesos o cáscaras de frutos molidos. Para acabar, conviene retirar el producto con abundante agua y aplicar una buena crema hidratante o nutritiva, según las necesidades de la piel en esos momentos y, si es de día, protección solar.
¿Qué es el gomage?
Consiste en extender una sustancia viscosa en la piel, normalmente en la cara, esperar a que se seque y después retirarla como si nos estuviéramos “despellejando”.
¿Qué diferencias hay con el peeling?
Es la exfoliación química que se lleva a cabo con cosméticos que tienen en su formulación principios activos como la urea o los AHA (alfa hidroxi ácidos). Los AHA, que se empezaron a formular en los años 90, ayudan en el proceso de descamación eliminando el cemento intracelular. En concentraciones del 10% al 12% actúan como exfoliantes.
¿Qué productos contienen AHA?
El ácido glicólico (procedente de la caña de azúcar o de la famosa baba de los caracoles), láctico (lo que se hacía Cleopatra era una exfoliación química), málico (procedente de la manzana), cítrico, tartárico…
¿Qué zonas del cuerpo requieren exfoliarse más?
Los codos están más desprotegidos del resto del cuerpo y es importante cuidarlos como hacemos con nuestros brazos. Con los pies lo mismo, es recomendable hidratarse con un bálsamo reparador y exfoliarse cada semana. Además, existen unos peucos con ácidos para hacer una exfoliación de durezas con más profundidad.
Fuente: La Vanguardia